miércoles, 10 de febrero de 2016

'Carol' y 'La chica danesa', la representación LGTB en los Oscar 2016


Carmen Thomàs  |  Opinión  | Cine


Cate Blanchett frente a Rooney Mara en 'Carol' 


Todo cinéfilo sabe que en Hollywood se cumplen tantas aberraciones como maravillas. Y no sólo hablo de películas más o menos aburridas, convencionales, comerciales, tópicas o absurdas (aunque en ocasiones lo absurdo tenga más cabida que las catalogables en los adjetivos anteriores).

Eddie Redmayne y Alicia Vinkader en 'La chica danesa'
Este año no sólo es el de la "huelga" de los cineastas negros por la escasa representación de afroamericanxs en el cine, sino que, más allá de eso, es el año en el que se presentan, con posibilidad de conseguir estatuillas en diferentes categorías, películas en pro de la igualdad de derechos LGTB: Hablo de 'La chica danesa' (Tom Hoooper) y 'Carol' (Todd Haynes). Películas que, lejos de los convencionalismos hollywoodienses, se alejan del falocentrismo y las bonitas historias de amor con final feliz para acercarse al lado más duro y crítico de la desigualdad y del conflicto que supone luchar por tu naturaleza cuando esta es ser mujer lesbiana o transexual. También, dicho sea de paso, ayudan a reflejar un hecho importante: Tanto La chica danesa, como Carol, nos enseñan que la constante lucha por la igualdad de derechos es equivalente a una lucha por amor que en las películas de índole heterosexual ha acabado resultando idealizada y tópica, y que aquí cobra sentido de tal manera que ambos finales no nos resultan "dramas lacrimógenos", sino películas crudas, reales, fastidiosas, pero alegres.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Ada Lovelace y el algoritmo que cambió la historia

Carmen Thomàs 



El algoritmo que encriptaba el secreto del primer programa informático fue producto de un estudio matemático que impulsó de forma directa la creación de los primeros ordenadores y máquinas de cálculo. Este algoritmo forma parte de la historia de la mujer dentro de la propia historia, ya que fue Ada Lovelace, hija del poeta George Byron y la condesa Anna Isabella Noel Byron, la creadora del primer programa de ordenador, una idea que hizo posible el avance dentro de la ingeniería informática antes de que se creyera posible, y que, aunque resulte chocante, surgió en la genialidad de una joven durante la primera mitad del siglo XIX.

A Ada se la ha llegado a describir como la primera programadora informática: La joven se adelantó a su época previendo la capacidad que tendrían los ordenadores para ir más allá del cálculo numérico, al contrario que otros estudiosos (como Babbage) que tan sólo se centraron en estas capacidades matemáticas.

domingo, 8 de marzo de 2015

¿Soy feminazi?

Llanos de la Rosa | Opinión

“De verdad, que cuando os sale la vena feminazi, no hay quien os aguante”.

Tantas veces he oído o leído esta frase  (u otras similares) en conversaciones con amigos y amigas,  que, la última vez, decidí obviarla. Pensé que prefería no responder a eso y a todo lo que vino después, ¿para qué? Además, desde hace unas semanas, me empecé a replantear si no tienen razón. Igual lo soy y no me había dado cuenta, o no había querido asimilarlo. Así que, cuando volví a leer eso y una ristra de razones, después, de porqué exageramos algunas mujeres, preferí guardar silencio.